* Latente estallido social por las condiciones desfavorables para la mayoría de las familias mexicanas
El alza de mexicanos que sólo ganan un salario mínimo reportado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) no es más que el reflejo de una profunda y preocupante crisis que amenaza con causar recesión y ser motivo de estallidos sociales.
En el Partido del Trabajo creemos que la complicada situación por la que atravesamos los mexicanos en materia económica, social y de seguridad, tiene su principal causa en erráticas políticas públicas implementadas por el gobierno.
Con la puesta en marcha de las llamadas Reformas estructurales en materia hacendaria, laboral, electoral, energética y educativa, la situación del país ha decaído estrepitosamente, las promesas del gobierno por mejorar las condiciones de vida de los mexicanos han sido un fraude y han dejado a las familias mexicanas en completa vulnerabilidad.
Consideramos que uno o dos salarios mínimos por jornada, que equivalen a 4 mil 380 pesos al mes aproximadamente, no es suficiente para cubrir las necesidades básicas de una familia promedio, máxime que el gas y la electricidad se encarecen cada día, el desempleo va en aumento y la situación económica internacional se complica aún más.
Ante esta situación y la pobreza que se vive en el país es reprobable el dispendio de recursos en instancias gubernamentales como el Congreso de la Unión y en órganos como el Instituto Nacional Electoral; la corrupción rampante de algunos gobernadores que han saqueado las arcas estatales; el salario que pierde poder adquisitivo mientras que los productos de la canasta básica aumentan su costo; el recorte al gasto social frente al intocable gasto corriente del gobierno, y un sinfín de actos que sólo amplían la brecha de la desigualdad.
Conminamos a que en la próxima discusión del presupuesto federal 2017, el gobierno reformule la orientación de recursos dando prioridad a los sectores productivos como el campo y la industria, ampliar el margen de apoyo a la educación, así como garantizar suficientes recursos para los programas sociales enfocados a elevar el nivel de vida de los ciudadanos, fortalecer el peso mexicano y evitar el desplome frente al dólar, ya que sólo así se podrá alentar el crecimiento del país y el progreso de la sociedad.
Finalmente, advertimos que de no cambiar el rumbo del país, la inconformidad social tomará dimensiones impensables, prueba de ello es el movimiento magisterial, producto de una Reforma educativa privatizadora, que ante los oídos sordos de las autoridades se ha visto obligado a tomar medidas más radicales, debemos entender que la sociedad está cansada del engaño y abuso por parte de quienes gobiernan este país, es indispensable despojarnos de las políticas que tanto daño han causado y transitar por la vía pacífica hacia un México justo, democrático, seguro y libre.