Silencio e impunidad

 

 

Ha transcurrido prácticamente un mes de que Salvador Adame Pardo, Director General de Tv6, fuera levantado en Nueva Italia por un grupo de civiles armados, y hasta el momento, el silencio de la PGJE y la PGR son la única respuesta.

Así, para la esposa y los hijos del periodista terracalentano, estos 30 días han sido un verdadero martirio y una clara muestra de que las instancias del gobierno estatal y federal poco o nada han hecho en torno al levantón -que no secuestro- de Adame parte.

De ahí, que en torno a este reprobable suceso el fantasma de la impunidad pareciera ser la única verdad, ante el ofensivo silencio de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Michoacán y el desinterés mostrado hasta el momento por la PGR en torno al caso.

Lo sorprendente del asunto es que a un mes de que Salvador Adame Pardo fuera levantado por uno de esos grupos de civiles armados, que transitan con toda impunidad por las calles y carreteras de ciudades y poblados de Tierra Caliente, el Procurador General de Justicia, Martín Godoy Castro no tenga ni la menor información del paradero de nuestro compañero Salvador Adame Pardo.

Salvador, no fue levantado por presuntos líos de faldas o deudas personales como Godoy Castro, en su momento, diera a conocer a los medios de comunicación, que de inmediato rechazamos la folclórica información presentada por el fiscal michoacano.

La postura del gremio periodístico en la entidad, en torno a la desaparición de Salvador Adame, sigue siendo la misma que se puso en manifiesto desde el pasado 18 de mayo: “¡Vivo se lo llevaron, vivo lo queremos”. Los periodistas michoacanos estamos indignados y preocupados por las pocas garantías que en el ejercicio periodístico tenemos.

El silencio y la omisión de las instancias de gobierno en torno al caso de Salvador Adame Pardo, no sólo ofende al gremio en el estado, vulnera las garantías constitucionales de Libertad de Expresión y Derecho a la información que tiene todo ciudadano y toda sociedad que se tilde de ser democrática.

En fin, Salvador no puede ser un número más en las voluminosas estadísticas de la PGJE, nuestro reclamo es y seguirá siendo el del esclarecimiento inmediato de la agresión sufrida por nuestro compañero. Lo queremos vivo y a los responsables en la cárcel. ¡Vivo se lo llevaron, vivo lo queremos!