Aushiwtz Alemania A 30 de julio del 2016.-La mañana de este viernes el papa Francisco visitó los campos de concentración de Aushiwtz y Birkenau donde murieron más de un millón de personas. Francisco fue el tercer papa en venir aquí. Juan Pablo II vino como hijo de la nación polaca que sufrió la ocupación de los nazis. Benedicto XVI como papa alemán el deber de venir y preguntarse por qué Dios había callado. Francisco prefirió venir en silencio.
Rezó frente al muro de la muerte donde los nazis fusilaban a los detenidos con un tiro en la cabeza. Abrazó y besó a unos diez sobrevivientes y a un grupo de «justos de las naciones» católicos que arriesgaron sus vidas para salvar a judíos. En el libro de los visitantes distinguidos escribió : «Señor ten piedad 
de tu pueblo, Señor perdón por tanta crueldad». El papa bajó a la celda de San Maximiliano Kolbe un sacerdote franciscano quien sacrificó su vida para salvar a un padre de familia. En Birkenau el papa rezó frente a las lápidas en 23 lenguas que recuerdan las nacionalidades de las personas muertas en las cámaras de gas.
Fue mi cuarta vez en estos campos narra Valentina Alazrraqui y «una vez más sentí horror por lo acaecido aquí donde la maldad del hombre no tuvo límites». «De verdad uno se pregunta hasta qué grado de crueldad puede llegar el ser humano». «Les comparto momentos de una mañana triste y conmovedora».