Un día como hoy, pero de 1879, vió su primera luz, en San Miguel Anenecuilco, Estado de Morelos, el Gral. Emiliano Zapata Salazar. Fueron sus padres, Don, Gabriel Zapata y Doña, Cleofas Salazar, de extracción campesina, dedicados a cultivar su tierra y a la compra- venta de ganado.
«Miliano», como le llamaba su gente, solo terminó su educación primaria, quedó huérfano de padre y madre, a los 16 años, él fue el heredero de los pocos bienes que poseían. Cuando estalla la Revolución Mexicana, se incorpora a las fuerzas Maderistas, atraído por las promesas agrarias, establecidas en el Plan de San Luis, que además invitaba al pueblo mexicano, a pedir el «Sufragio efectivo, No reelección». Madero llega al poder, pero no cumplió con la promesa, de la repartición de tierras a sus legítimos dueños.
El «Atila del Sur», proclama su «Plan de Ayala», en el que plasma el sufrimiento y anhelo de los campesinos, que se concretaba en una frase, «tierra y libertad», además demandaba la destitución de Francisco I. Madero, por traidor a la causa y se levanta nuevamente en armas. Así era, el Gral. Emiliano Zapata Salazar, quien dedicó su vida a hacer el bien al pueblo de México.